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El presidente Roosevelt y el Vicepresidente Henry Wallace con Truman en el medio en la campaña de 1944. Roosevelt se sabía cerca de la muerte y escogió a Truman como candidato a Vicepresidente. |
Estuve leyendo unos párrafos sobre el presidente Harry Truman.
Algunas cosas llaman la atención, como parte del ambiente en la época de Truman: (a) fue el primer presidente que hizo campaña para cultivar el voto negro y que por tanto puso en su plataforma la defensa de los negros, preparando el camino para las leyes de derechos civiles de 1965; (b) ordenó que no hubiese segregación entre negros y blancos, ni en el ejército, ni en las dependencias del gobierno federal; (c) durante el año de su campaña a la reelección el primer negro entró a jugar en la pelota de Grandes Ligas; (d) respaldó el punto de vista de los obreros en la discusión de las leyes Taft-Hartley, algo que no fue simpático a muchos (por tanto, no actuaba sólo por buscar votos). Bajo Truman fue que Muñoz echó adelante sus proyectos.
Hablo desde la perspectiva del de abajo, del hombre de la calle. Otra cosa es mirar desde la perspectiva "aérea", o la de Dios.
Hablo desde la perspectiva del de abajo, del hombre de la calle. Otra cosa es mirar desde la perspectiva "aérea", o la de Dios.
Por aquella época y en aquel ambiente la mente de Pedro Albizu Campos todavía estaba en 1936, cuando libraba batalla contra Blanton Winship. En los años '30 todavía no había electricidad, ni agua potable, fuera de los grandes centros urbanos. Había mucha miseria. Su lucha en aquel entonces tenía resonancia.
Albizu organizó una marcha con los cadetes de la república portando rifles de palo, lo que provocó que bajara la orden de abrir fuego contra ellos, en lo que se conoce como la masacre de Ponce. Los muertos fueron mayormente vistos como mártires. Cuando llevaron a Albizu a juicio Ernesto Ramos Antonini, el "Pico de oro" (por su oratoria) y fundador de la Escuelas Libres de Música, fue uno de sus defensores.
Albizu fue enviado a la cárcel de Atlanta. Volvió en 1948 y creo que no se percató que se quedó en una cápsula del tiempo, como si todavía estuviese lidiando con la situación de los años '30. Quizás por eso adquirió un aire de loco.
Para la época de Truman, ya no habían jíbaros desesperanzados por los montes. Todavía había pobreza, pero había futuro como pueblo. Nosotros mismos nos estábamos construyendo: acueductos, carreteras, salud pública, instrucción y un chofer de carro público podía llegar a ser electo legislador, como sucedió en más de un caso. No es que estábamos engañados por la ideología yanqui. Es que vivíamos una época en que éramos pueblo, unidos en la tarea de construir el país. Éramos colonia, pero ese asunto no tenía prioridad en aquel momento.
Eso explica cómo el ataque al congreso de Lolita y César y otros no encontró eco entre los puertorriqueños.
En 1948 todavía se arrestaban a los que enarbolaban la bandera puertorriqueña y todavía en la década de los '60 se supo de casos de policías deteniendo autos que llevaban esa bandera. Pero ya en los '60 no podían hacer nada, porque desde 1952 el mismo Muñoz Marín la enarboló como algo legítimo.
Albizu organizó una marcha con los cadetes de la república portando rifles de palo, lo que provocó que bajara la orden de abrir fuego contra ellos, en lo que se conoce como la masacre de Ponce. Los muertos fueron mayormente vistos como mártires. Cuando llevaron a Albizu a juicio Ernesto Ramos Antonini, el "Pico de oro" (por su oratoria) y fundador de la Escuelas Libres de Música, fue uno de sus defensores.
Albizu fue enviado a la cárcel de Atlanta. Volvió en 1948 y creo que no se percató que se quedó en una cápsula del tiempo, como si todavía estuviese lidiando con la situación de los años '30. Quizás por eso adquirió un aire de loco.
Para la época de Truman, ya no habían jíbaros desesperanzados por los montes. Todavía había pobreza, pero había futuro como pueblo. Nosotros mismos nos estábamos construyendo: acueductos, carreteras, salud pública, instrucción y un chofer de carro público podía llegar a ser electo legislador, como sucedió en más de un caso. No es que estábamos engañados por la ideología yanqui. Es que vivíamos una época en que éramos pueblo, unidos en la tarea de construir el país. Éramos colonia, pero ese asunto no tenía prioridad en aquel momento.
Eso explica cómo el ataque al congreso de Lolita y César y otros no encontró eco entre los puertorriqueños.
En 1948 todavía se arrestaban a los que enarbolaban la bandera puertorriqueña y todavía en la década de los '60 se supo de casos de policías deteniendo autos que llevaban esa bandera. Pero ya en los '60 no podían hacer nada, porque desde 1952 el mismo Muñoz Marín la enarboló como algo legítimo.
Uno podría pensar que en aquel momento el Partido Nacionalista era algo así como los Black Panthers o los Young Lords de los 1960. En su propio momento fueron inefectivos en sus propósitos y pocos se acuerdan de ellos. Son como una anécdota para un proyecto cinematográfico.
Por contraste, Truman y Muñoz son algo más que anécdotas; su gestión tuvo importancia en la vida real, para muchos.
¿Qué diferencia hay entre la vida diaria en la colonia y la vida diaria en la república soberana?
Es que el asunto de los nacionalismos ya se resolvió, de una manera terrible y a un costo terrible, en las guerras mundiales del siglo 20. No tiene sentido pelearnos a nombre de la nación, de la patria. Uno comienza luchando por el pueblo y termina organizando una policía secreta. En Cuba le llaman Comités de la revolución.
Eso fue lo que hizo Hitler. Desde su nacionalismo hablaba de los alemanes sometidos a otras banderas para invadir a los polacos y a los checos a nombre de la nación. En la Edad Media, los cambios políticos no importaban a la vida diaria. Hoy el estado puede meterse muy dentro de nuestra vida privada.
Cuando los Soviéticos invadieron esos territorios, aquellos alemanes en minoría fueron tratados igual que basura, desde 1945 hasta la caída de la Unión Soviética. Sólo por ser alemanes.
¿Qué sabían los campesinos de esto? ¿Qué culpa tenía un obrero por ser alemán?
A nombre del nacionalismo Albizu estuvo dispuesto a mandar a matar gente. Ese es el punto.
Eso fue lo que hizo Hitler. Desde su nacionalismo hablaba de los alemanes sometidos a otras banderas para invadir a los polacos y a los checos a nombre de la nación. En la Edad Media, los cambios políticos no importaban a la vida diaria. Hoy el estado puede meterse muy dentro de nuestra vida privada.
Cuando los Soviéticos invadieron esos territorios, aquellos alemanes en minoría fueron tratados igual que basura, desde 1945 hasta la caída de la Unión Soviética. Sólo por ser alemanes.
¿Qué sabían los campesinos de esto? ¿Qué culpa tenía un obrero por ser alemán?
A nombre del nacionalismo Albizu estuvo dispuesto a mandar a matar gente. Ese es el punto.
Lo importante no es la bandera, ni el ser o no colonia; lo importante es la vida diaria.
Uno puede estar en la miseria en el capitalismo o en la colonia o en la república socialista. La miseria es la miseria.
La diferencia está en que podemos estar todos trabajando juntos con un propósito común y no estar todos trabajando encarcelados. No es lo mismo la miseria en el arrabal, que en la cárcel. En el arrabal uno puede ver cómo buscárselas.
El problema de los ideólogos y de los fanáticos religiosos y de los nacionalistas es que secuestran a la ciudadanía. Con ellos en el gobierno, para vivir se necesita el permiso de las autoridades.
Cierto que en todo gobierno de hoy hay que gestionar permisos y hay injusticias. Hay reglamentos que son injustos. Pero con los ideólogos hay que cambiar las cosas a las malas. En un gobierno sin ideología es posible el cambio pacífico.
El mejor gobierno es que nos deja vivir en paz, el de las libertades que anunció Roosevelt: que uno pueda pensar y decir lo que piensa libremente; que uno pueda reunirse libremente con quien quiera; que uno pueda practicar la religión que quiera; así sucesivamente.
Los ideólogos religiosos dicen que eso lleva al libertinaje. Los socialistas dicen que eso es cosa de burgueses.
Eso lo vio Muñoz Marín. Y tuvo la suerte de darse con Roosevelt y Truman. "El status no está en issue," decía.
De qué vale la independencia si terminamos a merced de unos que viven fuera de la realidad.
Lo importante es la vida diaria.
Uno puede estar en la miseria en el capitalismo o en la colonia o en la república socialista. La miseria es la miseria.
La diferencia está en que podemos estar todos trabajando juntos con un propósito común y no estar todos trabajando encarcelados. No es lo mismo la miseria en el arrabal, que en la cárcel. En el arrabal uno puede ver cómo buscárselas.
El problema de los ideólogos y de los fanáticos religiosos y de los nacionalistas es que secuestran a la ciudadanía. Con ellos en el gobierno, para vivir se necesita el permiso de las autoridades.
Cierto que en todo gobierno de hoy hay que gestionar permisos y hay injusticias. Hay reglamentos que son injustos. Pero con los ideólogos hay que cambiar las cosas a las malas. En un gobierno sin ideología es posible el cambio pacífico.
El mejor gobierno es que nos deja vivir en paz, el de las libertades que anunció Roosevelt: que uno pueda pensar y decir lo que piensa libremente; que uno pueda reunirse libremente con quien quiera; que uno pueda practicar la religión que quiera; así sucesivamente.
Los ideólogos religiosos dicen que eso lleva al libertinaje. Los socialistas dicen que eso es cosa de burgueses.
Eso lo vio Muñoz Marín. Y tuvo la suerte de darse con Roosevelt y Truman. "El status no está en issue," decía.
De qué vale la independencia si terminamos a merced de unos que viven fuera de la realidad.
Lo importante es la vida diaria.
Me parece.
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