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Los peligros de la demagogia



En su columna del lunes 19 de marzo de 2018, Albita Rivera comete una serie de errores que dejan ver la manera de razonar que nos ha traído a la situación difícil de Puerto Rico en estos meses.
Al desmenuzar algunos párrafos de esta columna busco reflexionar sobre algunos errores y malos hábitos de comunicación que pueden llevar a una sociedad intolerante.
Los puntos principales del ensayo que ponen de manifiesto elementos que obstaculizan el camino a salir del hoyo en que estamos en Puerto Rico son los siguientes.
  1. La demagogia implícita, al incitar las emociones del público, y de un sector popular, incluso el sector femenino, dentro de la sociedad. 
  2. El populismo que da por sentado el valor positivo de ser humilde 
  3. La supremacía de los valores populares que incluyen unos prejuicios contra los ricos y los “blanquitos”. 

El primer párrafo:
Mientras leía la insensata e inescrupulosa columna de un llamado “renombrado escritor” que tuvo la desvergüenza de llamar “parcelera” a la Secretaria de Educación, Julia Keleher, venían a mí recuerdos que deben ser muy parecidos a los de miles de puertorriqueños y puertorriqueñas, provenientes de los rincones más humildes de esta isla. Estos, quienes han logrado labrarse un porvenir decente, honrado y exitoso con el sacrificio de sus padres y el propio.  

Aquí, un ejemplo del error lógico clásico de prejuzgar de salida, como preguntar, “¿Tuvo éxito su prejuiciada campaña? Conteste, sí o no.”
    • Primero, hay que demostrar la insensatez de la columna.
    • Segundo, demostrar la falta de escrúpulos.
    • Tercero, lo más importante, demostrar que llamar “parcelera” a una figura pública es una falta de vergüenza, una desvergüenza. 
  • Está muy bien comenzar anunciando las conclusiones, pero no a manera de un dar por sentado lo que se va a probar. 
    • El error está en dar por cierta la conclusión, cuando la introducción se supone que sea la presentación de la hipótesis. 

Aparte de lo anterior, está el problema de la redacción. La redacción puede confundir, a veces por mero descuido en la ortografía. Ejemplo: “No iré”; “No, iré”. 
En el caso de este ensayo parece que no hubo un editor que revisara. Comienza con una oración demasiado larga que va seguida por una oración trunca, es decir, sin predicado.
Pero se entiende lo que el párrafo busca decir, algo que una computadora quizás no podría captar sin el recurso de fuzzy logic, un término técnico del campo de la Inteligencia Artificial.
Podríamos destilar el sentido del párrafo así:
  1. Eduardo Lalo escribió una insensata columna.
    1. Lalo no expresa escrúpulos en esa columna.
    2. Tuvo la desvergüenza de insultar a la Secretaria de Educación.
      • La llamó “parcelera”.
  1. (Albita:) Recordé los orígenes humildes…
    1. los propios
    2. los de tantos puertorriqueños humildes
    3. …que se han labrado un futuro…
      • al superar con su esfuerzo y llegar más allá
      • …de sus orígenes humildes.
Por tanto, Albita no está hablando al universo de todos los puertorriqueños, sino que se está dirigiendo a “los humildes”, a los “descamisados”. La comparación es a propósito, porque aquí es que se asoma el fantasma del fascismo populista, la demagogia que lleva a la persecución de judíos, por ejemplo.

Cierto, exagero, pero es para entender el hoyo en que nos hemos metido los puertorriqueños de 1968 para acá. Quién sabe si se puede decir lo mismo del mundo entero. Pero podemos hablar con más seguridad de la realidad vivida y la que vivimos.

Más adelante Albita dice,
…he defendido a todas las mujeres y he dado luchas para abrirle paso a muchas. Llamarle despectivamente “parcelera” a una mujer, independientemente de quien sea, es contrario a los reclamos de equidad y transparencia por los que hemos luchado hace décadas. El menosprecio y desconocimiento de este “señor” sobre nuestra realidad social lo deja ver tal cuál es: un ser humano cuya trayectoria, premios y loas parecen haberlo enajenado de la verdadera historia social de este país al pensar que ser “parcelera” es sinónimo de todo lo malo que pueda existir.

Podemos destilar, de nuevo, esas palabras:
  1. Llamarle “parcelera” a una mujer es contrario a "los reclamos de igualdad y transparencia" por los que han luchado Albita y las mujeres.
    1. Insultar a una mujer es equivalente a ir contra los reclamos de igualdad [dejemos fuera eso de la transparencia, que no tiene que ver]. 
    2. Una mujer que se respete a sí misma tendrá que indignarse.
    3. [Echa en un mismo saco, en una misma categoría, la igualdad y la transparencia, eso ya es síntoma de confusión].
    4. [Corolario: Si un hombre que le falta el respeto a una mujer carece de sentido del honor; por tanto, Lalo es un “señor”.]
  2. Este señor tiene menosprecio por nuestra realidad social.
    1. Es decir, desconoce la realidad de los pobres y los humildes. 
    2. Su menosprecio deja ver que no es un “señor”, sino alguien con apariencia de señor.
    3. [Insultar a una mujer no tiene que ver con menospreciar la realidad social, o despreciar a los humildes, o vivir en la luna de Valencia, pero vamos.]
  3. Este señor tiene una trayectoria de premios y loas y eso…
    1. lo ha ubicado en un mundo irreal [elitista]
    2. …por eso él piensa que “parcelera” es sinónimo de todo lo malo que pueda haber.

Pero…
  1. …los reclamos de igualdad para la mujer es un asunto de derechos civiles y de trato social. Cuando a un hombre se le insulta, no se le falta a su reclamo de igualdad.
    1. A la salida de una tienda una persona es acusada de robar. Cuál ha de ser la reacción: ¿indignarse por haber sido insultado? ¿Probar la propia inocencia? 
    2. En más de ocasión algún estudiante se excitó indignado cuando le exigí algo que va de suyo, como entregar alguna asignación.
    3. Si Eduardo Lalo se equivocó en su columna, la respuesta no es la indignación. 
    4. Aquí encontramos otro elemento que nos tiene en el hoyo, se utiliza la indignación para encubrir la mediocridad. 

  1. ¿”Parcelera” es sinónimo de todo lo malo? Al ella definir la idea de parcelera según está en la mente de Lalo vemos otra falta, o truco, de lógica. Consiste en inventar un muñeco de paja para proceder a demolerlo. 
    1. Si fuera cierto que Albita no se da cuenta de eso y esgrime el argumento inocentemente el asunto sería todavía más preocupante. Entonces veríamos otro elemento más que nos mantiene en este hoyo social en nuestro Puerto Rico.
    2. El error consiste en atribuirle a Lalo algo que él no dijo. Hay que ver cómo él esgrimió el epíteto de “parcelera”, en qué sentido lo usó para referirse a la Secretaria de Educación. 
    3. Él no usó el término como sinónimo de “todo lo malo que pueda haber”. En su columna indicó los criterios para aplicar el vocablo.
  2. Lalo tiene una trayectoria de loas y premios, dice.
    1. Esto preocupa, si Albita no se dio cuenta de cómo definió el valer del autor. 
    2. No definió su valer por sus escritos, ni por su pensamiento, ni por sus fotografías (quizás no sabe que él publicó un libro de fotos). 
    3. Pareciera que este es también el caso para muchos en el Departamento de Educación: “logros” equivale a loas y premios. Es decir, lo sustantivo se define por las apariencias.
    4. Una vez me tocó evaluar un profesor en el salón de clases y durante su explicación incurrió en errores crasos de ortografía. Se lo comenté a la Decana. "Es de origen humilde, se ha superado mucho," me dijo. Entre tanto qué más da si los estudiantes aprenden mala ortografía. 
  3. Y lo más que preocupa es el populismo ciego. 
    1. El prejuicio contra los ricos y los inteligentes es algo parecido al prejuicio contra los judíos. El prejuicio evita ver que…
      • Hay judíos buenos y malos; hay personas inteligentes buenas y malas.
      • Ser rico no es algo malo de por sí. Un rico no es un pecador por definición.
      • Un inteligente no es un distraído por definición.
    2. A nombre de la patria maltratada y vejada y abusada (y era cierto) fue que los ejércitos alemanes cruzaron las fronteras de Polonia y Francia. En la confusión de ideas y pasiones…se escribió una historia terrible. Se justificó lo injustificable con la demagogia.
    3. Eso es lo que asusta: el fascismo tiene dos caras, uno de derechas y otro, de izquierdas.
    4. A los de ambos extremos les resulta conveniente encender los ánimos mediante la demagogia.
Bad Boy - 1905

  1. Albita Rivera y otros manifiestan su indignación por la columna en los mismos términos, de que “parcelera” es un insulto. 
    1. En ese planteamiento ser parcelera es como ser algo que la sociedad rechaza y que por tanto no se le dice a alguien así porque así. 
    2. Pienso que pudo haberle llamado "cafre". Más de uno entonces pudo decir como Sunshine Logroño, "Soy cafre, ¿y qué?". ¿Decirle "cafretona" a la Keleher hubiese sido insultante a la mujer en general?
    3. Pero piense el lector en una analogía. Decirle a una mujer “parcelera” es como decirle “asesina”, “ladrona”. 
    4. Pero decirle eso no equivale a
        1. faltarle el respeto como mujer; 
        2. faltarle el respeto a los asesinos y a los ladrones por ser asesinos y ladrones.
    5. Si se trata de una figura pública, menos puede hablarse de una falta de respeto.
      • Desde que en 1968 le tiraron con huevos a Negrón López en un mitin, nos hemos acostumbrado a faltarle el respeto a las figuras públicas. Eso es parte del precio de la democracia, que las figuras públicas puedan ser vejadas de palabra.
      • Otra cosa es invadir su espacio físico personal para destruir la propiedad pública, cosas como las que hizo la turba que entró a la fuerza en la Oficina de la Procuradora de la Mujer. 
      • Esto recuerda la indignación que expresaban los comentaristas del canal de Fox, cuando Obama buscaba el diálogo con Castro, la China, otros dirigentes de países totalitarios. Ahora, cuando Trump entra en conversaciones con el presidente de Corea del Norte, le alaban por su brillante capacidad.
      • Cierto, entrar de forma provocadora y destrozar propiedad en la Oficina de la Procuradora de las Mujeres tampoco es un insulto a las mujeres. 
      • Aquello fue otro ejemplo de nuestra falta de sentido de democracia, ley, orden.


Lo que sigue es una opinión mía. 
Los huevos que le tiraron a Negrón López no salieron disparados de forma espontánea. Lo mismo siempre dije de los sucesos en Río Piedras, desde la muerte del taxista en 1966 por una bala perdida en medio de una manifestación, hasta los tiros del 11 de marzo de 1970. Porque no es normal que un estudiante ande armado por el campus. 
La muerte de Antonia Martínez no fue como la de Adolfina Villanueva. Hay que distinguir.
En esa misma línea juzgo el follón (en sentido castizo) formado en torno a la Secretaria de Educación. Para mí que es una estrategia para desviar la atención del verdadero escándalo de un juez que preguntó dócilmente cómo debía dirimir un asunto sobre cómo proceder en un caso sobre el protocolo de votación. 

Con él hay que incluir a personas que hoy ocupan puestos del más alto rango en el gobierno. Entre ellos está uno que decide sobre la ética de los jueces y su comportamiento. Otro es el hoy Secretario de la gobernación.
El asunto de la Secretaria de Educación aparece en un momento en que el gobierno ha sido sorprendido “con las manos en la masa”. 
Los del gobierno naturalmente buscarán hacer que la atención vaya en otra dirección. 
Ello a su vez demuestra una falta de comprensión, de sensibilidad para el valor de la democracia, para lo que significa de veras el orden democrático. 
Es lo que demostró la representante Norma Burgos cuando le dio poca importancia al asunto en entrevista con los periodistas. 

En tiempos fascistas se pierde el sentido del valor de la democracia. Y menos en el mundo hispano, cuando España no pudo darnos lo que no tenía, ese sentido de civismo sano.

Pero en el caso del juez del chat, que consultó a sus “superiores” en el Partido antes de tomar una decisión, se puso en entredicho nuestra democracia.
En una sociedad fascista los lacayos del Partido tienen más poder y autoridad que los funcionarios electos y los jueces nombrados. Eso es lo que se ve, por cierto, en la Cuba de los comités de la revolución, la Rusia estalinista, la Alemania de la SS y la Gestapo.
Ese fue uno de los factores que llevaron a la ruina a los alemanes en la Segunda Guerra: la interferencia creada por los representantes del Partido en el ejército. Hitler, que nunca pasó de ser un cabo en el ejército, le dictaba decisiones de estrategia a los militares.


¡Esa es la verdadera "rebelión de las masas"! -- Se da cuando los mediocres manipulan la opinión públca para asumir el poder a nombre de la Necesidad Nacional. Eso no tiene que ver con "humildes" o "aristócratas". El epíteto de "elitista" también es un instrumento demagógico.
¿Ve el lector ahora cómo uno puede llegar a un populismo con apellido de fascista?
El gobierno se ha defendido con una estrategia de relaciones públicas, como siempre, como sucedió en los días después del huracán María. 
Es la estrategia de generar alguna noticia dramática y provocativa para desviar la atención de un asunto sobre el que el gobierno no desea actuar. 
Para mí, ese es el sentido de la discusión sobre la Secretaria de Educación.

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