Skip to main content

Religión y derechos civiles

El gobernador de Alabama le niega el paso al delegado del Departamento de Justicia que vino a ordenar la integración de estudiantes de color en la matrícula de la Universidad de Alabama.


En los últimos meses se ha estado planteando un proyecto de ley que garantizaría el derecho a la libertad religiosa en Puerto Rico. La idea es que las personas, sea como dependientes en el sector privado, sea como servidor público en el gobierno, no estén obligadas a rendir servicios en contra de sus creencias religiosas.
Que esta idea haya llegado a poder consagrarse en un proyecto de ley es sintomático de la falta de reflexión entre muchos puertorriqueños en la vida pública. Veamos.
  1. Tomemos el ejemplo del que se enrola en el ejército. 
    • Un soldado tiene que pensar y actuar según el personaje de un «buen soldado».
    • Esto aplica también a los que prestan servicios al público.
    • Una vez usted se pone el uniforme (policía, cura, mesero) o se sienta en la oficina, se ubica detrás de la ventanilla, ya usted es un rol, un personaje social, sin que deje de ser usted. 
Un caso claro es el de Inglaterra. Una corte judicial en Londres es un teatro y los participantes lo saben. Por eso llevan un dejo de ironía en sus intervenciones: es un teatro, pero ellos dominan la acción, se ríen de ellos mismos y entre tanto están al tanto de la seriedad del asunto. 
Un inglés, cuando se pone el uniforme de abogado para entrar a la corte, piensa como un soldado que se pone los atuendos y los aditamentos para ir al teatro de guerra. Al salir a la escena puede que le parezca que el adversario merece compasión. Pero a lo sumo, modera su comportamiento. Es que uno nunca sabe si lo que ve es un engaño. Por eso, mejor obedecer órdenes y cumplir con el deber. Mejor seguir los protocolos establecidos. Más de uno ha pagado caro por no seguir los protocolos. 
En suma, si te vistes de policía, debes pensar como un policía. Eso no quita que tengas tus propias ideas, pero en las horas de servicio, tu deber es actuar como lo que se supone que tú eres, un policía. Fuera de servicio, puede que te importe poco uno y el otro delito a tu alrededor y sigues de largo sin tan siquiera mirar para allá. Pero si estás de servicio, eso es otra cosa.


Lo mismo sucede con un chofer de transportación pública, un mesero en un restaurante, un maestro en el salón de clases, así sucesivamente. Son escenarios, son teatros. Uno no está ahí para pensar lo que se le ocurra –eso lo puede hacer en su tiempo libre–; sino que uno está ahí para pensar y actuar según el personaje que le toca encarnar: el cura, el barman, el que atiende la ventanilla, así sucesivamente. 
Una vez que el ejército ya no es un servicio militar obligatorio, se acabó el problema de los objetores de consciencia. Si usted se enrola en el ejército es porque usted quiere y más de uno lo hace por las ventajas económicas que eso reporta. Una vez que se pone el uniforme tiene que actuar y pensar como un soldado. Eso no tiene que ver con su vida personal, ni con las personas que quiera rodearse en su vida personal. 

  1. En su vida personal, nadie está obligado a actuar en contra de sus creencias religiosas. Otra cosa es su desempeño como profesional.
Pero en su vida pública, en el rol, el papel, que cada uno escoja en la vida –la vocación– hay que actuar por sentido del deber. 
Los franceses hablaban de la condición de noble, que obligaba a los nobles a actuar «con nobleza», aunque no tuviesen un corazón noble a pesar de su apellido, aunque no tuviesen ganas de hacerlo en su fuero interno. 
En la esfera pública un servidor público –sea del sector público, sea del sector privado, da lo mismo– viene obligado a prestar servicio a los clientes, sin distinción alguna. Las cosas, o se hacen bien, o no se hacen, como dice el refrán tradicional. Un mesero debe tratar de la misma manera a un pobretón que pide café y vaso de agua, que al bien vestido que pide champán. Eso es ser un profesional. 
Para ser un profesional y tener presente el servicio que uno presta aparte de las personas en la ecuación, hay que tener cierta ironía. Se trata de la ironía deportiva: uno compite en la carrera como si se le fuera la vida en ello, mientras sabe que a fin de cuentas hay vida más allá de la meta. Por eso en la corte nos atacamos con intensidad y afuera, al volver a la vida personal y privada, compartimos como amigos. De la misma manera en la vida pública nos tratamos como amigos; en la privada, cruzo la acera para no saludarte. 
A los hispanos nos cuesta trabajo esa ironía. Nos parecer que eso es ser hipócritas. En nuestro mundo hispano seguimos con la idea de los tiempos de la colonia, de que un funcionario de gobierno es alguien con autoridad. Pero un funcionario de gobierno es ante todo alguien con responsabilidades que atender y unas tareas que cumplir. 
En la esfera de nuestra vida pública y de los servicios públicos –en el escenario del teatro social que no tiene que ver con nuestra vida privada– no se puede practicar el discrimen hacia las personas, ni se les puede negar los servicios por razón de raza, sexo, religión. Esto es algo fundamental en toda democracia, lo mismo en la monarquía democrática inglesa, que en la democracia socialista de Cuba.
Si no es así, no hay democracia. 

  1. El aborto, la eutanasia y casos análogos.
El aborto y el suicidio asistido, como las transfusiones de sangre y los transplantes de órganos — todo eso está reglamentado por ley. Un servidor público en sus funciones no puede negar por su propia cuenta un servicio establecido por ley.
Aparte de lo anterior, que alguien venga y pida hacerse un aborto, o pida poder conseguir el suicidio asistido en casa, entre sus familiares — eso no es algo que se da todos los días. No tiene sentido legislar para los casos excepcionales. 
Para los casos excepcionales están…las excepciones a la regla. Pero no tiene sentido hacer una regla para casos excepcionales porque eso haría que los casos normales fuesen las excepciones. 
La sabiduría de nuestro sistema republicano es la siguiente. 
  • En tiempos anteriores —como en la España donde se pensaba que «el error no tiene derechos»— las leyes se hacían según las convicciones de los gobernantes. Es lo que sucede hoy en los países bajo gobiernos de extremismo religioso.
    • Véase el caso de Levítico 20,10 – «Si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, será muerto tanto el adúltero como la adúltera.» Ni en la España medieval se llegó a esos extremos. Pero puede suceder.
    • Entre los judíos conservadores y tradicionalistas se conserva la oración por la restauración del templo y lograr resumir los sacrificios de animales como los prescribe la Escritura. Los judíos reformados rezan la misma oración, pero omiten la parte de restaurar los sacrificios de animales. 
    • En la Europa de las luchas religiosas entre romanistas y protestantes se llegó a extremos impensables. Poblaciones enteras fueron masacradas de ambas partes, por ejemplo. Y la quema de herejes nunca fue un espectáculo simpático. 
  • Entonces surgió la idea de dejar a cada uno en paz y que la religión fuese un asunto de la esfera privada de cada uno. El gobierno no está para imponer unas ideas religiosas, sino para garantizar el orden público. 
Así, llegamos a este concepto de la vida personal y privada junto a la vida pública. 
En la esfera pública, por ejemplo, el gobierno pone unos límites de velocidad en las carreteras. Uno puede pensar lo que quiera, pero mientras esté ese límite de velocidad, hay que observarlo. 

Recordemos el ejemplo de la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas en la década de 1930 en los Estados Unidos. 
A nivel personal muchos policías irlandeses bebían como desesperados. Pero luego se ponían el uniforme e iban a arrestar traficantes de cervezas. 

Valga recordar que antes de la enmienda constitucional en 1920, algunos estados por separado declararon la prohibición del licor por su cuenta. En ese contexto hubo un plebiscito en Puerto Rico para consultarnos si aceptábamos prohibir el licor. En esa consulta ganó el "Sí". Por cierto, eso le abrió el camino al ron cubano.
En una dictadura ideológica hubiese sido imposible derogar la Prohibición. 



Comments

Popular posts from this blog

Novelas que escribió la realidad

  Raymond Poincaré, Presidente de Francia Hay historias de la vida real que son más dramáticas que la ficción en novelas. Leía sobre el político francés Raymond Poincaré durante las primeras décadas del siglo 20, cuando me encontré este drama de 5&10 que demuestra que las verdaderas novelas están en la vida real.  Pero antes, un poco del trasfondo. En la Francia de 1900 había un resentimiento fuerte contra los alemanes. En 1870 los ejércitos prusianos le dieron una pela a los franceses y exigieron una fuerte compensación metálica y territorial a cambio de retirar sus tropas de las inmediaciones de París.  Los franceses quedaron desmoralizados y divididos. Para el sector de inquietudes socialistas aquello fue una oportunidad. Entonces se alzaron para adelantar de nuevo los ideales de la vieja Revolución Francesa. Pero los acontecimientos desembocaron en la tragedia de la Comuna de París, en que las tropas francesas le hicieron la guerra a su propio pueblo.  Una vez se restauró el or

La invasión de Gaza

  Los humanos somos territoriales de nacimiento porque es un mecanismo de supervivencia. De igual manera que nuestro cerebro está ordenado a la supervivencia así vamos orientados a ocupar territorios en grupos. De la misma manera está en nuestros genes, la inquietud de migrar. Salimos originalmente de África y del Oriente (según los restos fósiles humanos más antiguos) y nos dispersamos por todo el mundo en busca de comida, sí; pero también enamorados por los lugares y paisajes que encontramos.  La tragedia de judíos y palestinos puede verse como un capítulo más del llamado de Dios a los hebreos, para llevarlos a la Tierra Prometida. Originalmente Dios llamó a Abrahán a salir de su tierra natal para venir «a la tierra que yo te mostraré…. A tu descendencia he de dar esta tierra.» (Génesis 12,1.7). Sólo que aquella tierra estaba ocupada por los cananeos. Pero nótese que en la historia de Abrahán él y su familia  convivieron con los habitantes de la región sin que se mencione alguna guer

Acción de Gracias

  Se dice que los peregrinos del barco Mayflower llegaron en otoño y no bajaron a tierra hasta marzo siguiente. Se quedaron en el barco a causa del invierno, que en Nueva Inglaterra no es cosa de juego. En la primavera, cuando comenzaron a repartirse las parcelas de cultivo, se les acercó Squanto, un indio que les enseñó a sembrar maíz y calabazas, lo mismo que a cazar. El indígena Squanto sabía inglés porque anteriormente fue capturado por ingleses y llevado a Inglaterra como esclavo. Más tarde se escapó y pudo volver con los suyos.   Mientras que los holandeses (y otros ingleses que imitaron el modelo) concibieron su actividad colonizadora como una iniciativa comercial de empresarios e inversionistas, los ingleses del Mayflower llegaron al modo de inmigrantes refugiados para poder vivir en paz y libertad. En ese sentido también se distinguieron de los españoles, que por su parte llegaron como conquistadores a nombre de la Corona. Mientras que otros tenían la alternativa de levantar a