Cuando los vientos de la economía global le son adversos a los Estados Unidos (se hablaba del dólar que valía poco y las industrias multinacionales se estaban yendo a otros países) no se oye decir que eso es parte de un plan estructurado desde los cuartos oscuros de las mesas de poder de los neoliberales en Wall Street.
Ahora, que lo de la Gran Bretaña debilita al Euro grandemente y fortalece al dólar habrá quien llegue a decir que eso es parte de la conspiración orquestada desde los cuartos oscuros, porque los anglos se entienden.
Pero es que al fortalecerse el dólar, la deuda de Walmart y otras multinacionales con China sube automáticamente. Compraron con dólares baratos y ahora tienen que pagar con dólares caros, más difíciles de conseguir.
Entre tanto los europeos pueden vender sus autos y cafeteras a precios más bajos, porque los euros valen menos.
El precio del petróleo bajó luego del Brexit. ¿A quién le interesa que pase todo esto? ¿A las compañías petroleras que quieren vender más?
Querer timonear la economía mundial y a las multinacionales es como querer dirigir la caída de los dados. Cargar los dados es como intervenir con las nubes para que se muevan a nuestro gusto. En el socialismo han tratado de cargar los dados y ya usted ve.
Como no se puede intervenir con los dados, lo más que se puede hacer es trabajar con las leyes de probabilidad. Es lo que hacen los apostadores en el fútbol. La probabilidad de que tal o cual jugador anote es alta; de que tal o cual equipo gane es nula. Pero siempre hay sorpresas, como saben los meteorólogos. Aun comprando los árbitros, pasan accidentes inesperados que afectan el resultado.
¿Cuartos oscuros y conspiraciones? Siempre es posible, todo es posible.
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