Skip to main content

La época de los jíbaros, época del ELA y de Albizu




No voy a defender el ELA ahora. No voy a defender una continuación del ELA bajo otra apariencia en el futuro. 

En lo que sigue pretendo demostrar cómo debemos evitar los juicios apresurados y contaminados por las pasiones. Esto, en el caso específico de la primera mitad del siglo 20. 

Sólo quiero, en los párrafos siguientes, que tratemos de ver el asunto aparte del prisma ideológico, aparte de la indignación apasionada.

No soy historiador, ni soy experto. Soy un aficionado que resiente esos apasionamientos que llevan a juicios de indignación sin que haya posibilidad de cuestionar las conclusiones. 

Uno puede indignarse, pero al modo del pensamiento crítico. Cuando juzgamos críticamente, los hacemos sabiendo de que puede surgir otra evidencia que contradiga lo que sabemos o pensamos hasta el momento. A la vista está, que la tierra es plana y ahí estamos razonando ante la evidencia. Pero no nos debemos cerrar a la posibilidad de que no sea plana. 

-----------------

Se dice que Muñoz Marín fue respaldado por los norteamericanos para contrarrestar la figura de Pedro Albizu Campos. En abstracto eso tiene sentido. Pero en concreto, ya es otra cosa. 

No ver el asunto desde la perspectiva de la realidad diaria puede cegar, sobre todo cuando se trata del análisis de lo que sucedió en el pasado. Eso, porque no tenemos suficiente información para analizar. Por eso hay que mirar los hechos concretos en la medida que estén disponibles. 

A veces ni los mismos protagonistas se dan cuenta a cabalidad de lo que esté pasando. Es difícil ver y armar el rompecabezas de todos los detalles, por no decir que es una tarea imposible.

Es un hecho que Albizu gozó de muchas simpatías y más de uno al ver sucesos como la Masacre de Ponce, comenzaron a verlo de otra manera, con aprecio. Tal fue el caso del Lic. Pérez Marchand que cambió de parecer a favor de Albizu al participar como fiscal acusador en el juicio contra él en la corte federal. En abstracto eso no es tan claro (¿no sería él "un agente encubierto"?). No hay manera de explicarlo con lógica. Pero sucedió.

Puestos a pensar en abstracto hasta Albizu pudo haber sido un agente encubierto que los norteamericanos proyectaban utilizar como presidente de la República que nunca se logró y que después hubo que reprimir y someterlo. 

Pero también es un hecho de que Muñoz Marín fue el que se ganó el apoyo popular como para formar un gobierno representativo de los puertorriqueños. Aunque se pueda decir que hubo manipulación, la especie de régimen bajo el Partido Popular de Muñoz no se hubiera podido sostener sólo por manipulaciones. No sólo fue un régimen, fue una manera de entender lo que había que hacer que fue apoyada por la gran mayoría, aun antes de que el Partido Popular llegara al poder de verdad, en 1940. Era una visión de agenda que ya veían los del Partido Socialista desde comienzos de la década de 1930. Muñoz vino a formular lo que se estaba pensando.


Ambos, Muñoz y Albizu pensaron correctamente. En abstracto ambos tenían razón. Sólo que la visión de uno de ellos coincidió con lo que pasaba "abajo", en la realidad. Eso quizás fue una casualidad. Luego, si los norteamericanos encontraron un líder útil, eso... vino después.

No es que vino un ángel del cielo a dictarle a Muñoz lo que tenía que hacer y decir. No es que un agente de Washington se sentó con él a decirle lo que tenía que pensar o lo que tenía que esbozar como propósito para su partido, porque Washington se encargaría de manipular a los puertorriqueños para que se fueran detrás de Muñoz como un rebaño.

Es simbólico de lo que estaba pasando, cuando, según se cuenta, en una ocasión venía Ramos Antonini en auto por las polvorientas carreteras y vio niños desnudos y descalzos. Cuando llegó al mitin cogió una niña en alto y dijo, "Para éstos es que hay que...". Luego en 1940, cuando los del Partido Popular ganaron, en su discurso en Ponce dijo, "Serrallés, tú también amaneciste libre el día 5 de noviembre". 


Por esos gestos teatrales era que los campesinos preferían los mítines de Muñoz y su gente. Ese tipo de conducta no podía ser orquestada desde afuera.


---------------


Podríamos usar una especie de parábola. Una joven se ve cortejada por dos pretendientes. Se decide por uno de los dos. Pronto aparece otro amigo, el Tío Sam que se entusiasma por respaldar al que la chica escogió. Pero la chica no se decidió por la seducción del dinero del segundo, sino por la visión que el primero le presentó. 

¿Qué tal si la chica hubiese rechazado a Muñoz y hubiese seguido a Albizu? Digamos que la chica encontró más atractivo lo que Albizu le propuso. Entonces, el otro amigo (el Tío Sam) sin duda hubiera podido respaldar a Albizu. 

Podemos visualizar ese escenario. Ante el respaldo masivo del pueblo el Tío Sam pudiese haber procedido a dar paso a la república con Albizu a la cabeza. ¿Posible? Claro que sí; hubiese sido más cómodo tener una república obsequiosa, como en el resto de Centroamérica. 

El dinero que le dieron a Muñoz se lo hubieran podido dar a Albizu, asumiendo que fuese cierto que había alguien "allá" que estaba velando tras las bambalinas, por así decir. La evidencia demuestra que Puerto Rico era una colonia, pero tanto como que hubo alguien manipulando los sucesos como Divina Providencia de Dios, eso es otra cosa. 

En una ocasión un periodista estadounidense tuvo que esperar un tren en una estación en México. Contó (lo publicó en la revista Newsweek en los años de 1970) que buscó un reloj para saber la hora y no encontró ninguno. Se acercó a la ventanilla y el empleado le dijo que el tren venía, pero que él tampoco tenía un reloj. 

Y después algunos dicen que las penas de Hispanoamérica son causadas por conspiraciones "del Norte". Otra cosa, cierto, es que unos se aprovechan de las torpezas de otro. ¿No haría usted lo mismo? Lo que hay que mirar son las torpezas que ocasionan que venga a otro a aprovecharse.

Puerto Rico república no representaba problema, como no representó problema darle su independencia a Cuba. Hasta Fidel Castro, en Cuba las cosas no eran tan distintas a Puerto Rico o cualquier otra república de América Central. El orden era: (1) la embajada de Estados Unidos como suprema autoridad; (2) el poder escondido de la eminencia gris, como lo fue Batista durante décadas en Cuba; (3) el presidente de la nación, que podía comprar todos los congresistas que quisiera (como hizo Trujillo desde Santo Domingo) y entre tanto eso no hacía mella al momento de la verdad; (3) el congreso de diputados que obedecía a los grandes intereses del país como los grandes terratenientes y las grandes compañías norteamericanas. Y entre tanto los trenes corren sin saberse la hora que es. 

Si Estados Unidos hubiese visto que Albizu representaba una verdadera fuerza, bastaba con darle vía libre.

No había necesidad de perseguir a Albizu, desde el punto de vista especulativo. 

¿Qué pasó? La gente no piensa con estricta lógica. Y los cortos de visión pero con iniciativa los hay dondequiera. Sin encomendarse a nadie de seguro hubo norteamericanos que sencillamente no pensaron y actuaron sin pensar en las consecuencias. Lo mismo sucedió del otro lado, del lado de los puertorriqueños.

Ni el gobernador Winship, por ejemplo, ni los altos mandos de la policía, ni los poderes de Washington, necesariamente veían el asunto con claridad y sobre el terreno puede haber mucha confusión. Y aunque hayan unas directrices generales, al momento de las decisiones cada cual echa por donde mejor le parece. Véase la batalla de Midway, que los norteamericanos por poco pierden, a pesar de conocer todas las comunicaciones de los japoneses porque les habían descifrado sus códigos secretos. 

Recordemos que todavía habían norteamericanos con ideas descabelladas de que la isla podía americanizarse como sucedió con Nuevo México y Hawaii. En ambos casos los territorios alcanzaron una mayoría anglosajona ("criolla") como preludio a ser admitidos como estados de la Nación. Eso es un ejemplo, el de esos norteamericanos tan soñadores como Albizu.

Así, el hecho es que Muñoz fue el favorecido, no por los norteamericanos, sino por los jíbaros, porque se los supo ganar. Lo único que hicieron los norteamericanos pragmáticos fue decidirse a respaldar al "seguro ganador". Digo yo, me parece.


----------

¿Muñoz fue un tonto útil? En abstracto pareciera que sí. Pero en concreto, hay que ver los documentos y sus gestiones específicas. Hay que ver los datos y saber más de los del gobierno de Washington que le respaldaron. 

Habría que ubicarse en cómo se veían las cosas entre los que estaban en Washington. Algunos denunciaron por mucho tiempo que Muñoz fue un morfinómano, un marihuanero, un alcohólico, un fumador adicto a la nicotina (prendía un cigarrillo con el cabo del cigarrillo anterior). ¿Qué diría un funcionario del "Imperio" que ni sabía español, cuando le contaran de ese individuo que había que respaldar contra Albizu? ¿No tenía Muñoz el aspecto de un burguesito malcriado e irresponsable?

Al contrario, en 1936 Albizu era el que hubiese parecido ideal: graduado de Harvard, veterano del ejército, siempre bien vestido y acicalado.... hombre de origen humilde, hombre de pueblo.

Pero ahí está: sobre el terreno, "abajo", las cosas no se dan con lógica. Y es terrible cuando arrastramos los datos al servicio de alguna imaginación loca producto de las pasiones.

--------

En aquella época el Partido Comunista en Estados Unidos se veía como algo legítimo, aun hasta finales de la década de los 1940. Luego vino la histeria al descubrir que habían espías comunistas por todas partes. Pero antes de eso no había extrañeza por las ideas socialistas. Es la época de la fundación del Seguro Social, la Medicina para el pueblo, subsidios a los agricultores, y así. Los funcionarios de Washington habían leído, por ejemplo, Main Street y otras novelas de Sinclair Lewis en que se expresaba una manera de entender las cosas que Muñoz y los de Washington compartieron, junto a toda aquella generación. 

Se descubrió que en Chicago vendían carne dañada y que se hacían embutidos (hot dogs) con piltrafas que hasta mezclaban con aserrín.  ¡El gobierno tenía que intervenir! De ahí nació la Oficina para el control de alimentos y drogas, Food & Drug Administration.  Los partidarios de la libre empresa nunca estuvieron de acuerdo. 

Eso era parte del aura alrededor del Nuevo Trato, el New Deal.

Lo único que hizo Muñoz, por así decir, fue recoger esas ideas y aplicarlas acá. Había multitudes desempleadas, niños harapientos por doquier y así, lo mismo en Wisconsin, que en Lares. La solución era que el gobierno se convirtiera también en un empresario y echara adelante todo tipo de proyectos que generasen empleos. 

Lo primero a imitar sería la TVA – Tennessee Valley Authority. En Tennessee construyeron un dique, una represa, para hacer un inmenso embalse, un lago artificial, para entonces generar electricidad con unas enormes turbinas. De las primeras obras que se echaron a caminar acá en Puerto Rico fue la "Autoridad de Fuentes Fluviales" siguiendo aquel ejemplo. Todavía en el año 2016 Etiopía intenta "prender" su economía haciendo un dique, un proyecto parecido.

Si le hubiesen dicho a Muñoz, "Le estás haciendo el juego al enemigo" él hubiese respondido con una mirada de pena. En 1936-38 casi nos "sueltan" y el Congreso decreta nuestra independencia. Muñoz se opuso. "No queremos morirnos de hambre," se dice que dijo, o algo parecido.

El capitalismo es malo y se pasa hambre. Pero más hambre se pasa en otros sistemas que ya se han ensayado. No hay que volver a tropezar sobre la misma piedra.

En el vigésimo congreso del Partido Comunista Soviético (1956) Nikita Kruschev denunció por primera vez los crímenes de Stalin. Entre otras cosas dijo: "Antes de la revolución yo era un obrero campesino y comíamos patatas. Ahora, después que hicimos la revolución, no hay patatas". 

Los cubanos y los venezolanos saben de qué estaba hablando. 


------------------


El punto es: no hubo malicia, ni de una parte, ni de otra. Cierto, en 1940-41 Estados Unidos cayó en cuenta de la importancia militar de Puerto Rico, más que nunca. 

La simpatía hacia los alemanes en América Latina era casi abrumadora, tanto como la antipatía que ya había hacia los "gringos". El Caribe estaba infestado de submarinos alemanes y no fue cosa de histeria e imaginación de pueblo. 

Hoy sabemos que los submarinos llegaron a hundir barcos en la misma bahía de Nueva York y Nueva Jersey; que los norteamericanos tuvieron que maniobrar para poder conseguir que los mejicanos les ayudaran a evitar que el puerto de Veracruz se convirtiera en un punto de abastecimiento y apoyo para los alemanes. Los alemanes ya utilizaban las islas francesas del Caribe para ese propósito y parte de su escuadra del Atlántico llegó a refugiarse en Veracruz, con permiso del gobierno mejicano. Conquistar a Puerto Rico usando las islas francesas del Caribe como trampolín hubiese sido algo ideal para los alemanes. Habrían conseguido una excelente base de operaciones. Escuché decir de niño que Goebbels llegó a anunciar esa invasión.

¿Que los mejicanos estuvieron dispuestos a cooperar con los alemanes? Así es como las ideologías nos ciegan. En 1939-41 Rusia y Alemania eran socios. De repente llegó la orden a todos los comunistas en el mundo para que respaldasen las gestiones alemanas. ¿No es algo absurdo? Así se explica la simpatía hacia Alemania de parte de los mejicanos con simpatías comunistas, tanto como los exiliados de la república española, que todavía se sentían (no todos) en alianza con los soviéticos. Y los "gringos"nunca fueron simpáticos al mundo hispano, una tradición que viene de la época en que Felipe II no soportaba a la reina Isabel de Inglaterra. Quizás el lector ya puede visualizar cómo los hispanoamericanos pudieron llegar a pensar en alianzas contra Estados Unidos. El enemigo de mi enemigo es mi amigo, dirían. 

Hay una anécdota curiosa: los comunistas norteamericanos comenzaron a hacer campaña a favor del pacifismo para evitar que Estados Unidos apoyara a Inglaterra en contra de Alemania, por orden de Stalin (no es conjetura, llegó la orden). Los rusos querían demostrar su respaldo a los alemanes.

Una noche hubo una mini multitud vociferante a favor del pacifismo, frente a la embajada de Inglaterra en Estados Unidos. De repente se vio la multitud dispersarse como por arte de magia. Fue algo extrañísimo, hasta que se supo que a punto de comenzar la manifestación habían llegado noticias de que los alemanes habían invadido a Rusia. 

A partir de ese momento la consigna fue otra; Estados Unidos debía intervenir a favor de Inglaterra, para abrir un segundo frente contra Alemania y darle respiro a Stalin.

Después de la guerra mundial Puerto Rico siguió siendo importante. Los norteamericanos decidieron mantener aviones B-52 en el aire 24 horas al día, constantemente, en estado de alerta, para que los rusos supieran que podían contraatacarlos si se les llegaba ocurrir tratar de tomarlos por sorpresa. La película Dr. Strangelove, basada en un personaje real, denuncia esta tragicomedia. Un lugar de abastecimiento y de constante entrada y salida de aviones fue Ramey, Punta Borinquen. 

Pero no era asunto de malicia. Era asunto de pragmatismo.

Con esa misma mentalidad pragmática fue que Muñoz y los jíbaros echaron adelante.


-------------------


Claro, Muñoz trató de que pudiésemos levantarnos por cuenta propia. Sabía, por ejemplo, que todo país se hace fuerte con una fuerte clase media. Pero no de una clase media de asalariados, sino de una clase media de gestores de sus propios ingresos. Los pequeños empresarios son los que tienen verdadero sentido de identidad y de valores democráticos. Son los que estarán dispuestos a pelear por lo que construyeron con mucho trabajo, a diferencia de los grandes empresarios. Al menos esa ha sido la experiencia.


Por entonces éramos un país agrícola. Muñoz inició el programa de repartición de tierras, de parcelas. Tendríamos muchos campesinos como pequeños propietarios produciendo y vendiendo por cuenta propia. Uno de esos pequeños agricultores empresarios llegó a aparecer en la portada del National Geographic con su gallo en las manos. Se dijo que era el símbolo de lo que estaba sucediendo en el Puerto Rico de los 1940-50. 

En el barrio de mis abuelos Antonio Soto Matías comenzó vendiendo huevos por el barrio y terminó comprándole la maquinaria de la finca a mis tíos, a precio de ganga. Años más tarde su hijo llegó a ser Secretario de Agricultura, bajo el PNP.

En cuanto al fomento de pequeños terratenientes y empresarios, falta por hacer el estudio de lo que pasó. Porque a la larga... terminó en nada. 

De la misma manera Muñoz trató de estimular las industrias. Así fue que los Ferré recibieron préstamos y apoyo para echar adelante la fábrica de cemento, por ejemplo. 

Piense el lector en esa visión: un país con campesinos e industriales gestionando su propia producción económica y sus propias riquezas. Así llegaríamos a la madurez suficiente y a la autonomía requerida como para demandar estadidad, o independencia.

Lo otro, eso sería algo transitorio, en lo que llegaría aquel momento esperado de industriales y agricultores y comerciantes gestionando su propia riqueza.

Pero no fue así. Nos convertimos en asalariados y dependientes de las ayudas de "allá". 

Ciertamente no parece que Muñoz quiso eso, al menos en los datos y la documentación que tenemos ahora.

Puede que la realidad le impuso otras cosas. Puede que sí, fue una ficha útil para lo que es tan difícil de probar, una conspiración para hacer que Puerto Rico se quedara siempre como una colonia. Pero para eso sí que no hay datos que lo fundamenten. Puede que haya habido algún conciliábulo en el Congreso para frustrar los esfuerzos de levantar a Puerto Rico, mientras por otro lado le alababan. Habría que buscar la evidencia.

No hay datos para poder decir que fue un tonto útil. Más bien fue un hombre acorralado por la historia, como le designó César Andreu Iglesias. Pero no fue él. Todos hemos estado acorralados por la historia.

Quién sabe, los norteamericanos también actuaron acorralados por la historia. Primero los alemanes amenazaban; después, los rusos. Parecería que no había respiro. Puerto Rico era el Gibraltar del Caribe... y del Atlántico.

Ya lo dijo el Presidente Porfirio Díaz de México: "Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos".


---------------


Entre tanto, es simbólico de lo que vino a suceder en Puerto Rico, lo que pasó con el Banco Crédito y Ahorro Ponceño. 

A principios de siglo 20 el Banco Crédito era uno de los tres bancos locales de mayor importancia. Fue fundado en 1895, índice de la fortaleza económica del momento, antes de llegar los norteamericanos. Fue fundado por Ulpiano Colom, Francisco Parra y Ermelindo Salazar, junto a otros (imagino). 

Dos años antes, en 1893, fue fundado el Banco Popular en San Juan, principalmente por Rafael Carrión padre. Es también un símbolo de la fortaleza económica local en tiempos de España. 

El Banco de Ponce fue el tercero en pujanza nativa; se fundó en 1917, siempre con capital local. Entre sus fundadores estuvieron Mario Mercado, Francisco Oliver y Francisco Forteza.

En esos momentos, igual que los misioneros protestantes, llegaron los canadienses con el Bank of Nova Scotia y la casa Morgan con el Citibank y los Rockefeller con el Chase. Pero la banca local resistió y hasta mejoró: el Crédito y el Banco de Ponce; el Banco Popular en San Juan. 

Para 1970 la Junta de Directores del Crédito ya no estaba compuesta por los originales. Comenzaron a "prestarse" entre ellos el dinero del banco. En unos años el banco se hundió. Los Directores siguieron bien, gracias. 

Al menos a nadie se le ocurrió decir que hubo una conspiración yanqui para acabar con la banca local. Entre tanto, no era importante mirar la hora en los relojes.

Algo parecido se dio en la historia de las Cooperativas de Supermercados. Los directores hundieron ese proyecto de varias décadas. La Cooperativa de Cafeteros (Café Rico) tuvo mejor suerte. Pero siempre corrió el rumor que el presidente, Ramiro Colón, le sacó partido a su posición. Lo que en cierto modo es natural.

Decía un dicho tradicional que hay que saber nadar y guardar la ropa. Aplicado al mundo de los negocios: puede haber corrupción, pero no tanta que hunda la empresa. Por eso el puerto de Nueva York siempre estuvo controlado por la Mafia, pero eso no afecta su buen funcionamiento. Los primeros que les enseñan valores cívicos a sus hijos son los mafiosos.


---------------


Me parece importante ver lo que fue el ELA en su momento. Voy a ensayar una mirada al asunto "desde abajo".

Recuerdo ver a un jíbaro que subía por el monte con la mula cargada parejamente con latas, botes, sacos – la comida para un mes que traía del pueblo, donada por algún programa del gobierno federal de los EEUU. Me consta que la mula no era de él; era prestada. Llevaba latas de mantequilla de maní, leche en polvo, oleomargarina, galletas, queso, pollo desmenuzado, manteca, sacos de arroz, habichuelas, unas cuantas cosas más. Cierto, en su generosidad luego lo compartiría con los compadres. 

A su vez, ese jíbaro cuando niño quizás vio mulas subir, cargadas de víveres y productos, pero eran para los de los hacendados que traían cosas "de afuera". Ahora él hacía como ellos, pero para él.




Decirle a ese jíbaro que los "americanos" eran unos malvados no tenía sentido. 

Claro, él sí sabía que él no era yanqui. Sabía que una cosa eran "los americanos" y otra, nosotros los puertorriqueños. 

Probablemente también sabía, aunque de manera inconsciente, que los hacendados dueños de la finca tampoco eran "de aquí". 

La historia de ese jíbaro está por escribirse. La comenzó Fernando Picó y otros historiadores de los 1970–90, pero falta por hacer. Motivado por lo que aquellos historiadores comenzaron fue que José Luis González escribió El país de cuatro pisos.

Parece que hubo una primera población de la montaña, la de los taínos originales, claro. Luego llegaron españoles por diversas razones. Algunos fueron militares retirados a quienes se les asignó tierra. Otros vinieron a refugiarse en el monte por la razón que fuere. Y otros simplemente llegaron porque sí. Eso es tradición hispana, hacer las cosas "porque sí".

Así fue que probablemente se desarrolló aquel mundo de los habitantes del monte en que todavía vemos "canos" y "coloraos" junto a los que todavía llevan rasgos taínos. Eran pobres porque no tenían con qué traer ropa y lámparas de afuera, ni dinero para comprarle al quincallero itinerante. 

Un primo una vez me dijo que sí, eran pobres, pero no pasaban hambre. Bebían leche fresca de vaca, de verdad, sin antibióticos ni otras cosas añadidas. Hacían requesón de leche de vaca recién parida, la ponían a hervir cortada con limón (lo llegué a probar). El agua de la quebrada no estaba contaminada y uno podía ir a buscar huevos en los nidos de las gallinas (lo hice). Había que dejarle un huevo siempre, porque si no, la gallina abandonaba el nido. Más de un atardecer me la pasé mirando a las gallinas irse subiendo a las ramas del palo para pasar la noche. Se ponían latas de galleta vacías para que las palomas viniesen a hacer el nido. Ya pocos saben lo que es un asopao de paloma. Recuerdo a un jíbaro señalándome las distintas yerbas a lo largo del camino y su uso. Y así. 

En 1815 y por diversas razones los españoles estimularon la inmigración. Entonces llegaron catalanes, mallorquines, corsos y otros. Aparecieron las casas de comercio que comenzaron a comprarle café y otros productos a aquellos jíbaros a cambio de venderles productos de afuera. Comenzaron a prestarles y a financiar cosechas y también a comprar tierras y establecer haciendas en los montes. Cuando algunos campesinos no pudieron pagar sus préstamos, les incautaron los terrenos y los dejaron como mayordomos y trabajadores. Algunos comerciantes de la costa así llegaron a hacerse bastante ricos. Entre tanto los primeros habitantes del monte, aquellos descendientes de españoles mezclados con taínos, se fueron convirtiendo en los peones de las fincas, los desplazados.

Aquellos campesinos desplazados ya no era españoles, ni taínos porque, claro, eran "criollos", eran puertorriqueños. Por eso el mundo del gobierno en San Juan era como otro mundo, "por allá", cosa de los españoles. En el caso de las economías florecientes de Ponce y Yauco y Utuado, lo mismo que Mayagüez, eso era mundo aparte también, cosa de extranjeros y catalanes y mallorquines y corsos. Era un mundo de orquestas, teatro, poesía, comercio e industria, cosas ajenas al mundo del jíbaro. En todo caso eso era algo de que se hablaba, pero de "por allá".

Este es el tipo de análisis, pienso, que habría que hacer hoy también. Habría que investigar, igual, el mundo de los descendientes de esclavos traídos acá y su historia. 

Hoy, no es lo mismo un puertorriqueño trabajador de urbanización, que uno en el caserío, que otro en la montaña. Habría que distinguir también las urbanizaciones: clase alta, media, baja y la baja-baja. Ahí otro punto: antes todas las clases sociales estaban mezcladas y en la plaza del pueblo convivían, como en el Viejo San Juan, ricos y pobres y se sentían comunidad entre todos. Se hablaba de las figuras públicas (Serrallés, Mario Mercado, Fillo el del último coche de caballos, Cocolía, el del bombardino) como de un conocido que uno saludaba por la calle. Como luego hablamos de los personajes de la TV. Una vez mi esposa se cruzó con "Bizcocho" (Otilio Warrington) y lo saludó sintiendo que era un viejo amigo. Se cuenta que un hacendado de Yauco se emborrachó y durmió en uno de los bancos de la plaza del pueblo. A nadie se le ocurrió robarle las abotonaduras de diamante. Pero sí el cuento corrió de boca en boca. 

Hoy todos andamos separados. En un asalto, es como atacar al miembro de otra tribu "de por allá".

Habría que hablar también de los que están en la economía subterránea del tráfico de la droga. Igualmente habría que hablar del componente de otros extranjeros que han entrado a formar parte de nuestra sociedad:  nuevos españoles llegados, argentinos, peruanos, mexicanos, dominicanos y otros. Eso también ha aportado al cariz de nuestra sociedad hoy. También ellos e han ido haciendo criollos puertorriqueños.

Si no nos conocemos a nosotros mismos, seguiremos siendo víctimas de nosotros mismos. Un ignaro de pueblo que llega a ser alcalde o legislador no podrá superar los complejos psicológicos con que carga, si desconoce su parte en nuestra  historia como pueblo.

Con la llegada de los norteamericanos se desarrolló la industria azucarera, que ya existía desde antes. Muchos campesinos de la montaña bajaron al llano, porque los salarios eran buenos, a pesar de tener que trabajar en terribles condiciones. Algunos llegaron a hacerse de terrenos y se convirtieron en "colonos": producían caña y se la vendían a la central. Es interesante que de ellos no se habla mucho en nuestra tradición oral.

El Fanguito
Otros bajaron de los montes y comenzaron a poblar los primeros arrabales de San Juan. Pero venían con esperanza de una vida mejor. Jack Delano contaba que del Fanguito salían los niños con su ropa limpia y planchada para ir a la escuela. Ya esa era la época en que el gobierno les daba zapatos y desayuno y almuerzo a los niños.

Las fotos de los que emigraron a Estados Unidos en busca de una vida mejor muestra a personas muy bien vestidas. Eran pobres, tenían que emigrar, pero tenían sentido de propiedad.

Pocos podían sentir que los norteamericanos eran unos malvados. Entre tanto los españoles no podían verse con simpatía, desde la perspectiva de los "de abajo". 

Los descendientes "puros" de los españoles sí podían ver con resentimiento la presencia norteamericana. Ese era el mundo del Ateneo y del Casino. En los 1970 alguien me comentó de los "independentistas de attaché", es decir, de maletín, como los abogados y los académicos. 

Y a las damas sobre todo, se les complicaría la vida al tener que ir a los ritos de la iglesia católica con curas norteamericanos y peor, cuando fuesen celebrados por el obispo norteamericano. Ahí, un elemento que pudo contribuir a una ambivalencia en los sentimientos. Esto debió aumentar cuando los hijos fueron a colegios católicos y fueron "americanizados".

Con esta composición de lugar, bastante resumida, el lector puede hacerse una idea de cómo fue que el nacionalismo de Albizu Campos no pudo abrirse camino. Albizu, para comenzar, se basó en "el orgullo de la raza", quizás basándose a su vez en José de Diego. Sólo que, como todos sabían, "la raza" quería decir, "hispanidad".  Luego, basó su lucha en el catolicismo, quizás por seguir el ejemplo de Irlanda, según algunos. También, quizás pensó que la religión podía ser un elemento aglutinador. 

Como quiera que fuere, no era posible unir a los puertorriqueños bajo la consigna de hispanidad y catolicismo, por más que se quisiera enfatizar de esa manera que somos ya una nación latinoamericana, antes de la llegada de los norteamericanos. 

Recuerdo asistir a la celebración del Centenario del Grito de Lares, en 1968. Un anciano nacionalista habló elocuentemente de cómo había que luchar con la espada de Bolívar en una mano y en la otra, el rosario. Los jóvenes nos miramos y nos sonreímos. 

Compárese esa retórica de espadas y rosarios con la retórica de Ramos Antonini alzando una niña descalza como testimonio de lo que querían hacer.

Aparte de cualquier opinión, el hecho fue que los puertorriqueños no respaldaron a Albizu, a pesar de su gran popularidad entre ciertos sectores. Dicen que en las celebraciones del Grito de Lares hacían un baile, especie de gala, en el casino del pueblo y que las chicas soñaban con que Albizu las sacara a bailar. 

Pero eso es una cosa. Otra cosa es llamar a las armas, a la lucha armada, a nombre de nuestra hispanidad católica. La única vez que Albizu fue a las urnas electorales, apenas obtuvo unos cuantos votos. A partir de entonces se dice que comenzó a predicar la violencia.

Volvamos al jíbaro. Los campesinos de la montaña vivían apretados por la inseguridad económica. Me refiero a los peones y trabajadores, no a los hacendados. Era la época en que uno compraba una galleta con mantequilla y quizás un pedacito de salchichón por centavos y medios centavos. De ahí que se hablase del jíbaro "jaiba" y de la "jaibería". 

Una jaiba es una especie de cangrejo, de juey, que en algunos sitios se usa para hablar de gente morona. Pero entre los jíbaros se usó para designar a alguien que se hace el tonto pero para obtener alguna ventaja. Es una forma de ser listo. 

Como los cangrejos caminan de lado, no es fácil saber en qué dirección van. De ahí la imagen. Usted oye al jíbaro diciendo algo, pero no sabe en que dirección va. Esto es el Estado Libre Asociado visto desde abajo. Podemos hablar de la jaibería del ELA.


----------------



En realidad eso pareció un gran acierto, allá en los 1940-60. Los jíbaros de entonces tuvieron éxito al respaldar a un grupo con ideas grandes para levantar al país. No fue sólo Muñoz; también todos los que se inspiraron a su alrededor: Ramos Antonini, el Dr. Franceschi, Antonio Colorado, suma y sigue. 

Fue la época de querer industrializar: fábricas de botellas, papel, cartón, cemento. Hubo hasta una siderúrgica en Cataño y una destiladora de petróleo para hacer kerosén (tecnología conocida desde el siglo 19). En Ponce los Ferré fundaron la Puerto Iron Works que apareció en cuanto noticiero de cine.

En cierto modo sólo sobrevivieron de ese intento de desarrollo industrial las empresas Ferré, irónicamente. Tuvieron mucho negocio con los trenes y también con las maquinarias de las centrales azucareras. Cuando los trenes se fueron y las centrales también, para los 1970-80 desapareció la PR IronFue algo así como las petroquímicas de Guayanilla y Peñuelas. 

Aquellas gestiones parecieron representar un gran futuro. Pero luego aquellas ideas se volvieron sal y agua. Las escuelas libres de música de Ramos Antonini, se esfumaron. En 1948, cuando se eliminó la enseñanza en inglés en las escuelas, pareció que se daba un paso adelante. En realidad la educación siguió cuesta abajo y los enemigos de aquellos representantes de los jíbaros decían que la culpa era de eso, de haber abandonado el inglés. 

Es que había una brecha entre los jíbaros como tal y los descendientes de la clase dirigente criolla, de aquellos mallorquines, corsos, y demás. Los "de arriba" –Muñoz y su grupo– visualizaban levantar a Puerto Rico, aquello de "Manos a la Obra". 

A los "de abajo" les bastaba con "echar pa'lante", es decir, mejorar sus condiciones materiales de vida. 


Llegó un jíbaro a San Juan
y unos cuantos pitiyanquis
lo atajaron en el parque,
queriéndolo conquistar.
Le hablaron del Tío Sam,
de Wilson, de Mr. Rut,
de Nueva York, de Sandyjuk,
de la libertad, del voto,
del dólar, del habeas corpus...
Y el jíbaro dijo: ¡Unjú!

-Luis Llorens Torres


------------



Ahora, han pasado más de sesenta años desde entonces. Si la sociedad puertorriqueña era bastante distinta entre lo que había en 1815 y lo que hubo en 1915, pasa lo mismo ahora. Ese fue el error de Albizu también, que fue arrestado y estuvo varios años en la cárcel en Atlanta y cuando volvió en 1948 no se dio cuenta de que la situación había cambiado.

En 1940 nos sentimos jaibas. Pero luego las generaciones posteriores no nos dimos cuenta. No nos dimos cuenta del carácter de lo que había sucedido. No veíamos la jaibería. 

Tampoco nos dimos cuenta del tranque que nos pusieron, devolviéndonos jaibería con jaibería. Nótese que para Muñoz Marín todo estuvo bien mientras vivió Franklin Delano Roosevelt y prevaleció la mentalidad del Nuevo Trato. Era la época del Good Neighbor Policy, la política del Buen Vecino hacia América Latina. 

Pero Roosevelt murió y Truman llegó al poder. A Truman lo tirotearon, igual que a los congresistas en Washington. Y el mismo año de la creación del ELA los republicanos ganaron las elecciones. Irónicamente, en 1952, el año que se izó la bandera (antes era un delito hacerlo) Puerto Rico perdió la influencia que tenía en el gobierno norteamericano, me parece. 

De 1950 en adelante hubo histeria anticomunista entre los dirigentes de los Estados Unidos. Tenía justificación: había espías soviéticos por todas partes. Hoy sabemos que los rusos estaban enterados de todas las comunicaciones secretas de la flota norteamericana en el Pacífico y por eso alentaron a los chinos a respaldar a Korea. 

Cuando ya se estaba calmando la inquietud por el espionaje ruso, apareció Fidel Castro. En 1960 comenzaron las relaciones diplomáticas entre Cuba y la Unión Soviética. El carpeteo y persecución de los independentistas puertorriqueños obedeció también a esta preocupación extrema por la seguridad nacional frente a los rusos. A través de los 1960 los norteamericanos de los servicios secretos estuvieron convencidos de la infiltración de los soviéticos dentro de los movimientos por los derechos civiles, por los derechos de los negros, y otros movimientos parecidos. Hoy sabemos que no estaban equivocados, pero que la infiltración no fue al grado que ellos imaginaron. 

En Puerto Rico hubo relaciones entre Cuba y varios movimientos independentistas del momento. Había razón para preocuparse, desde el punto de vista de los que sabían que ellos en un momento infiltraron a los nazis y les descifraron toda su información. Ahora los soviéticos podían hacerle lo mismo a los norteamericanos. De hecho, llegaron a hacerlo, como en el caso de Korea.

Los soviéticos hasta conseguían a través de sus espías los planos de los aviones norteamericanos y luego fabricaban los mismos aviones con algunos cambios, y ya. ¿Para qué pasar trabajo en diseñar?

Con esa ventaja pudieron fabricar aviones superiores a los de los norteamericanos. Eso fue parte de la ecuación en Vietnam, donde los norteamericanos nunca pudieron controlar el aire. 

En todo caso, al intervenir con los independentistas, la guerra no era contra los puertorriqueños. Era contra la posibilidad de que los soviéticos les hicieran lo que ellos les hicieron a los nazis.

Ese temor sigue tan presente hoy como entonces. El talón de Aquiles sigue siendo la informática.

--------

En 1961, con la llegada de los demócratas al poder, la administración Kennedy se mostró favorable y Muñoz quizás sintió, quién sabe, que era el momento de "desarrollar" el ELA. Quizás por entonces gestionó la idea del plebiscito de 1967. 

Kennedy visitó la Isla y luego invitó a Muñoz y a Pablo Casals a un concierto en Washington. Creo que nunca un gobernador puertorriqueño llegó a recibir tanta consideración de parte de los "amos". A Muñoz hasta se le concedió la Medalla Presidencial de la Libertad. 

Pero en 1963 Kennedy fue asesinado. Queda siempre la interrogante si en realidad él significaba algo bueno para Puerto Rico. Sea como fuere, el ELA se quedó ahí, estancado como fórmula de gobierno. 

Pienso que, quién sabe, Muñoz estaba pensando en la mancomunidad (Commonwealth) británica, al estilo de la relación de Canadá con el Reino Unido. 

Quién sabe, igual, si estaba pensando en la Carta Autonómica de 1898, cuando para los efectos Puerto Rico fue una provincia española con representación efectiva en las Cortes. Esto fue algo que se gestionó ya desde 1812, cuando nuestro Ramón Power y Giralt fue vicepresidente de las Cortes Constituyentes. 

Todo eso quedó en al aire. Desde 1969 los republicanos dominan el gobierno "de allá" y han aparecido, igual que acá, nuevas generaciones que ven el mundo de una manera distinta a como se veía en los 1950-70. 


-------------------

Hoy la realidad es otra, vista desde abajo. Un gran porciento de la población depende de las ayudas del gobierno federal, directa o indirectamente. Siguen en la perspectiva de aquellos jíbaros jaibas sin saberlo, el futuro sigue siendo algo a lo que hay que adaptarse.

Pero el gobierno federal ha decidido recortar las ayudas, no necesariamente por malicia. Aquí es que la ecuación va a cambiar, para bien o para mal.

--------------------

Ahí está: unos apuntes sobre cómo no debemos caer en la tentación de simplificar y definir la lucha por la vida, por vivir, en términos de los buenos y los malos. En la calle, "abajo", no hay santos, ni demonios.

..............................


SaveSave

Comments

Popular posts from this blog

Novelas que escribió la realidad

  Raymond Poincaré, Presidente de Francia Hay historias de la vida real que son más dramáticas que la ficción en novelas. Leía sobre el político francés Raymond Poincaré durante las primeras décadas del siglo 20, cuando me encontré este drama de 5&10 que demuestra que las verdaderas novelas están en la vida real.  Pero antes, un poco del trasfondo. En la Francia de 1900 había un resentimiento fuerte contra los alemanes. En 1870 los ejércitos prusianos le dieron una pela a los franceses y exigieron una fuerte compensación metálica y territorial a cambio de retirar sus tropas de las inmediaciones de París.  Los franceses quedaron desmoralizados y divididos. Para el sector de inquietudes socialistas aquello fue una oportunidad. Entonces se alzaron para adelantar de nuevo los ideales de la vieja Revolución Francesa. Pero los acontecimientos desembocaron en la tragedia de la Comuna de París, en que las tropas francesas le hicieron la guerra a su propio pueblo.  Una vez se restauró el or

La invasión de Gaza

  Los humanos somos territoriales de nacimiento porque es un mecanismo de supervivencia. De igual manera que nuestro cerebro está ordenado a la supervivencia así vamos orientados a ocupar territorios en grupos. De la misma manera está en nuestros genes, la inquietud de migrar. Salimos originalmente de África y del Oriente (según los restos fósiles humanos más antiguos) y nos dispersamos por todo el mundo en busca de comida, sí; pero también enamorados por los lugares y paisajes que encontramos.  La tragedia de judíos y palestinos puede verse como un capítulo más del llamado de Dios a los hebreos, para llevarlos a la Tierra Prometida. Originalmente Dios llamó a Abrahán a salir de su tierra natal para venir «a la tierra que yo te mostraré…. A tu descendencia he de dar esta tierra.» (Génesis 12,1.7). Sólo que aquella tierra estaba ocupada por los cananeos. Pero nótese que en la historia de Abrahán él y su familia  convivieron con los habitantes de la región sin que se mencione alguna guer

Acción de Gracias

  Se dice que los peregrinos del barco Mayflower llegaron en otoño y no bajaron a tierra hasta marzo siguiente. Se quedaron en el barco a causa del invierno, que en Nueva Inglaterra no es cosa de juego. En la primavera, cuando comenzaron a repartirse las parcelas de cultivo, se les acercó Squanto, un indio que les enseñó a sembrar maíz y calabazas, lo mismo que a cazar. El indígena Squanto sabía inglés porque anteriormente fue capturado por ingleses y llevado a Inglaterra como esclavo. Más tarde se escapó y pudo volver con los suyos.   Mientras que los holandeses (y otros ingleses que imitaron el modelo) concibieron su actividad colonizadora como una iniciativa comercial de empresarios e inversionistas, los ingleses del Mayflower llegaron al modo de inmigrantes refugiados para poder vivir en paz y libertad. En ese sentido también se distinguieron de los españoles, que por su parte llegaron como conquistadores a nombre de la Corona. Mientras que otros tenían la alternativa de levantar a