Puerto Rico y los Bonistas
En el banco
- No puedo pagarle el préstamo.
- Si no paga el anterior, no puedo prestarle.
- ¿No me da un préstamo para pagar el anterior y me sobra algo?
- Mi información es que usted malgastó el dinero del préstamo anterior.
- Se ve que usted la tiene conmigo.
- Si me enseña su presupuesto podríamos ayudarle.
- Veo, usted quiere violar mi privacidad y mi soberanía.
- Entonces, no puedo prestarle.
- No puedo pagarle el préstamo anterior.
- Iremos a corte a embargarle su casa.
En la corte
- ¿Tiene algo que alegar?
- No me dejan renegociar la deuda.
- Ustedes mismos vinieron al Congreso a decir que no se renegociara la deuda.
- Eso fue cuando Agapito gobernaba como un payaso.
- ¿Y ahora?
- No habíamos visto la situación.
- ¿Cuál es la diferencia?
- Es que queríamos llegar al poder. ¡Poder para el pueblo!
- Orden en esta corte. Dice que ahora vieron la situación.
- Si nos obligan a pagar de cantazo, habrá una crisis con las pensiones de los retirados, los salarios de los maestros…
- ¿No dijeron hace un año que descubrieron un pote de algunos millones guardado y separado?
- Eso no da para sostener el gobierno.
- Pero Puerto Rico recibe muchos ingresos, eso es un pote de ahorros.
- Pero al pagar la deuda no tendremos para la nómina de los empleados del gobierno, de las pensiones y demás.
- A esta corte se le informa que ustedes despilfarran.
- Eso lo dicen los que están en contra de nosotros. (*Un argumento demagógico.)
- ¿Ustedes saben administrar bien?
- Señor juez, usted nos insulta.
- Ordenaré una auditoría de sus libros.
- Eso es violar nuestra soberanía. ¡Protesto!
- Orden en la corte. Otro exabrupto y lo mando a encarcelar.
- Atrévase. ¿Sabe lo que dirá el mundo? Somos víctimas coloniales.
- ¿Y los que se quedaron sin cobrar?
- Se les pagará cuando se pueda.
- ¿Cuándo?
- La última la paga el diablo.
- Pero los de atrás son ustedes y les toca arrear.
- ¿Qué quiere decir eso?
- Hay que embargar los activos del gobierno y venderlos para pagar a los deudores.
- Eso es una injusticia. (*Otro argumento demagógico.)
- Una alternativa es que muestren sus libros de cuentas.
- Ya sé qué dice y por qué lo dice. A usted le pagan por ejercer ese poder.
- Soy juez y tengo derecho a un sueldo.
- ¡Viola mi soberanía! ¡Somos colonia! (*Otro argumento demagógico.)
* En política, como en la guerra, todo está permitido, si logra el efecto deseado. Y un filósofo no sabe cómo lidiar con eso. Y eso no tiene que ver con inteligencia emocional. Tiene que ver con astucia, tener habilidad para manejar una situación.
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